La labor de los monjes es invaluable
“¡Ni siquiera soy digno de dirigir la mirada ahí en donde están ellos! ¡Tanta gloria tienen los verdaderos monjes!”.
P. Cleopa Ilie – Una noche, San Paisos el Grande fue visitado por San Constantino, emperador de los cristianos. ¡Y resplandecía como el sol! Dijo el venerable Paisos: “¿Tú eres Cristo?”. “¡No, no soy Cristo! ¡Paisos, dichosos de ti y de quienes resistan en el monasterio hasta el final! Yo gozo de la gloria y la veneración de los cristianos. Hice construir un sinnúmero de iglesias, le di la libertad que no tenía al cristianismo, vi la Santa Cruz en el cielo, libré de la prisión a miles de monjes y sacerdotes… ¡pero no estoy donde están los monjes! ¡Ni siquiera soy digno de dirigir la mirada ahí en donde están ellos! ¡Tanta gloria tienen los verdaderos monjes!”-
P. Arsenie Papacioc – Se dice que Santa Elena, la madre del emperador, se arrodillaba para servirles a las monjas, diciéndoles: “Yo soy la emperatriz de un imperio efímero, ¡pero ustedes son las novias de Cristo!”. ¿Entienden? Nada de esto, hermanas, es una alegoría o una broma, sino una contundente verdad. ¡Las monjas son las novias de Cristo! ¿A quién podría amar más un novio, que a su prometida? Recordemos que a los apóstoles primero los llamó “siervos” y, posteriormente, “Mis hermanos”. Estamos donde debemos estar. El rol de los monjes es muy importante en este mundo.
(Traducido de: Ne vorbește Părintele Arsenie, ediția a 2-a, vol. 2, Editura Mănăstirea Sihăstria, 2010, pp. 141-142)