La libertad de elegir viene junto a la responsabilidad
Dios permite que el maligno tiente al hombre hasta determinado punto, dándole a éste último la libertad de elegir entre el bien y el mal. Pero Dios no es culpable del mal que el hombre cometa.
Padre, ¿se puede decir que muchas de las tentaciones que nos toca enfrentar, han sido voluntad de Dios?
—No. No mezclemos la voluntad de Dios con la tentación y con todo lo que ésta conlleva. Dios permite que el maligno tiente al hombre hasta determinado punto, dándole a éste último la libertad de elegir entre el bien y el mal. Pero Dios no es culpable del mal que el hombre haga. Judas, por ejemplo, era discípulo de Cristo. Pero, ¿podemos afirmar que fue voluntad de Dios que se convirtiera en un traidor? No, porque fue él quien dejó al maligno entrar en su corazón.
(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Viața de familie, traducere din limba greacă de Ieroschimonah Ştefan Nuţescu, Editura Evanghelismos, București, 2003, pp. 217-218)