Palabras de espiritualidad

La luz de Dios nos revela las verdades más esenciales

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

El hombre no conoce por sí mismo la maldad, ni sabe que proviene del demonio, ni entiende en qué consiste. Él cree, en su soberbia, que todo lo que le apetece, sometiéndose a las tentaciones más egoístas, es bueno.

Si le falta la ayuda de Dios, el hombre no puede hacer las cosas que le son propias, porque no se puede librar de la influencia del maligno. De hecho, el hombre ni siquiera sabe qué le es de provecho, si no tiene la luz de Dios. Por tal razón, la voluntad del hombre por sí misma no sabe qué debe hacer por su propio bien. Entonces, el hombre ora a Dios, para que le revele Su voluntad, para poder saber qué debe hacer por su bien. El hombre no conoce por sí mismo la maldad, ni sabe que proviene del demonio, ni entiende en qué consiste. Él cree, en su soberbia, que todo lo que le apetece, sometiéndose a las tentaciones más egoístas, es bueno.

(Traducido de: Părintele Dumitru Stăniloae, nota 282 la Isaia Pustnicul, Douăzeci şi nouă de cuvinte, Filocalia XII, traducere din greceşte, introducere şi note de pr. prof. dr. Dumitru Stăniloae, Editura Humanitas, Bucureşti, 2009, p. 133)

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