La luz que nos da la vida
Es entonces cuando el hombre siente que algo extraordinario sucede en su interior, algo que bien podría llamarse “renovación” o “regeneración”.
La luz de la Gracia no se parece a la luz de la inteligencia terrenal, la cual, a semejanza de la luminiscencia de cualquier lámpara de la calle, no nos prodiga ningún calor, incapaz de dar vida tan siquiera a un pequeño tallo de césped.
Al contrario, ahí donde resplandece la Gracia de Cristo, el entero ser del hombre se transforma, hasta llegar a alcanzar un estado parecido al de la naturaleza durante la primavera. Es entonces cuando el hombre siente que algo extraordinario sucede en su interior, algo que bien podría llamarse “renovación” o “regeneración”.
(Traducido de: Sfântul Inochentie al Odessei, Înțelepciunea dumnezeiască și rosturile naturii, Editura Sophia, București, 2012, p. 42)