Palabras de espiritualidad

La luz y la alegría que nos anuncian la cercanía del Señor

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Es un gozo inmenso saber que tenemos esa luz, es decir, entender que hay ciertas realidades —más allá de las palabras que repetimos al orar—, realidades que intuimos para nuestra vida.

No es posible acercarnos a Dios sin vernos iluminados de alguna forma, aunque no nos demos cuenta de esa luz que viene de lo alto. Pero esa alegría de intuir un valor religioso, que a cada uno le puede brotar al leer y meditar algunas palabras del Señor, o al entender que Dios es nuestro Padre, que Dios nos ama, que nuestro amor llega hasta Él y que Su amor brota sobre nosotros… todo eso es como una luz. Cuando pienso en aquellas palabras del Salmo 102, que dicen: “Cuanto los cielos se alzan sobre la tierra, así es de grande Su amor para los fieles; cuanto dista el oriente del occidente, así aleja de nosotros nuestras culpas. Como se apiada un padre de sus hijos, así se apiada Él de quienes le temen”, siento una alegría tan grande, que hasta podría decir que alcanzo a ver una luz que viene de Dios. Y es un gozo inmenso saber que tenemos esa luz, es decir, entender que hay ciertas realidades —más allá de las palabras que repetimos al orar—, realidades que intuimos para nuestra vida.

(Traducido de: Arhimandritul Teofil Părăian, Cum putem deveni mai buni – Mijloace de îmbunătățire sufletească, Editura Agaton, p. 57)