La Madre del Señor es también la nuestra
Agradezcámosle a Dios por que tenemos a la Madre del Señor como mediadora por nuestro bien. Agradezcámosle también porque tenemos a la Madre del Señor como auxiliadora. No olvidemos, “lo que Dios hace con Su poder, la Madre del Señor también lo puede, con su oración” y confiemos en su ayuda.
De entre los exhortos que recibimos en los divinos oficios, en relación a la Madre del Señor, los más usuales nos invitan a recordarla siempre y enaltecerla. Agradezcámosle a Dios por estos dones de nuestra Iglesia. Agradezcámosle porque ella es también nuestra madre.
Agradezcámosle a Dios por que tenemos a la Madre del Señor como mediadora por nuestro bien. Agradezcámosle también porque tenemos a la Madre del Señor como auxiliadora. No olvidemos, “lo que Dios hace con Su poder, la Madre del Señor también lo puede, con su oración” y confiemos en su ayuda.
Sigamos su ejemplo, en la medida de nuestras posibilidades, para tener parte de la bendición de nuestro Señor Jesucristo, ahora y siempre, ¡amén!
(Traducido de: Arhimandrit Teofil Părăian, Maica Domnului – Raiul de taină al Ortodoxiei, Editura Eikon, Cluj-Napoca, 2003, p. 29)