La Madre del Señor no nos abandona, porque tiene corazón de mamá
La Madre de Señor nos llama a Cristo, nos invita permanecer con Él, porque es nuestro benefactor y quiere cuidarnos como una gallina lo hace con sus polluelos. ¿Han visto cómo las gallinas juntan a todos sus polluelos a su alrededor, cómo los cubren y les dan el calor de su propio cuerpo? Así hace la mamá gallina, así la mamá humana y así hace también la Madre del Señor.
¿Es posible que la Madre del Señor nos abandone? ¡No se puede! ¿Por qué? Porque es mamá, porque tiene corazón de madre. Nosotros la llamamos “La Madre del Señor”, como refiriéndonos a no sé qué clase de título elevado. Pero debemos saber que ella es una mamá. No sólo la mamá de nuestro Señor Jesucristo, sino de todos los que la queremos tener como madre.
La Madre de Dios nos llama a estar cerca del Cristo el Señor. Él es nuestro benefactor, quiere protegernos así como la gallina extiende las alas para cubrir a sus polluelos. ¿Han visto cómo las gallinas juntan a todos sus polluelos a su alrededor, cómo los cubren y les dan el calor de su propio cuerpo? Así hace la mamá gallina, así la mamá humana y así hace también la Madre del Señor: nos lleva a Cristo el Señor y nos recomienda también a nosotros, así como recomendó a los de la Boda de Caná, que no tenían más vino y a los cuales Cristo Señor les hizo vino de agua (Juan 2). ¿Por qué? Porque intercedió la Madre del Señor. Seguro que nos ayuda Dios, en primer lugar. Pero muchas veces pensamos que somos pecadores y que no somos dignos de que Dios se ocupe de nosotros. ¡Pero Dios no nos deja nunca!
(Traducido de: Arhimandrit Teofil Părăian, Maica Domnului – Raiul de taină al Ortodoxiei, Editura Eikon, 2003, pp. 36-37)