Palabras de espiritualidad

La más excelsa escuela de un monje

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

A menudo me encontraba con algunos monjes que vivían ascéticamente en la soledad del bosque y la montaña desde hacía varias décadas, a quienes les pedía algún consejo espiritual y les ofrecía algo de comida de mi morral. Todas esas fueron las más grandes alegrías espirituales de mi vida.

¿Cuáles fueron las alegrías espirituales más especiales que vivió usted en su juventud en el Monasterio Sihăstria?

—Las más grandes alegrías espirituales las viví en los primeros años, cuando tuve a mi cargo el pastoreo de las ovejas del monasterio, junto con mis hermanos. La vida de establo, las ovejas, el silencio y la soledad en la montaña, en medio de la naturaleza... todo eso se convirtió en mi mayor escuela de monacato y teología. En esos años oraba mucho y leía los escritos de los Santos Padres, como el Paterikón, la Escala de San Juan Climaco, los textos de San Isaac el Sirio, los de San Efrén el Sirio, San Juan Crisóstomo, San Basilio el Grande, distintas hagiografías y, desde luego, la Biblia. Todos esos libros los tomaba prestados de las bibliotecas de los monasterios Neamţ y Secu, y me los llevaba en mi morral cuando llevaba a pastar las ovejas. Mi oración consistía en leer el Salterio cada día y también los oficios litúrgicos. Al terminar mi regla de oraciones, comía algo de lo que llevaba en el morral y después me ponía a leer hasta que anochecía y tenía que volver con las ovejas. Tan queridas me resultaban las palabras de los Santos Padres, que se me quedaban grabadas en la memoria. Recuerdo que una vez el mismo San Juan de Coziba, entonces bibliotecario del Monasterio Neamţ (entre los años 1933-1939), me prestó el Alfabeto espiritual.

A menudo me encontraba con algunos monjes que vivían ascéticamente en la soledad del bosque y la montaña desde hacía varias décadas, a quienes les pedía algún consejo espiritual y les ofrecía algo de comida de mi morral. Todas esas fueron las más grandes alegrías espirituales de mi vida.

(Traducido de: Arhimandritul Ilie Cleopa, Ne vorbește Părintele Cleopa, ediția a II-a, volumul V, Editura Mănăstirea Sihăstria, Vânători-Neamț, 2004, pp. 137-138)

Leer otros artículos sobre el tema: