La medida del amor a Dios
“El que ama a su padre o a su madre más que a Mí, no es digno de Mí”. No dice que no debes amarlos, sino que no debes amarlos más que a Dios.
Quien quiera amar a Dios, debe aprender a derramar lágrimas por sus propios pecados todo el tiempo. El amor a Dios no tiene límites; es decir que debes amarlo con todas tus fuerzas, con toda tu mente, con toda tu virtud. Por otra parte, al amor al prójimo sí que le puso límites: debes amarlo en la misma medida en que te amas a ti mismo. Veamos qué dice otro pasaje del Evangelio: “El que ama a su padre o a su madre más que a Mí, no es digno de Mí”. No dice que no debes amarlos, sino que no debes amarlos más que a Dios.
(Traducido de: Arhimandritul Cleopa Ilie, Îndrumări duhovniceşti pentru vremelnicie şi veşnicie, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2004, p. 123)