Palabras de espiritualidad

La morada secreta del corazón

    • Foto: Stefan Cojocariu

      Foto: Stefan Cojocariu

Translation and adaptation:

Mientras más poderosas sean las tormentas que se alcen en contra nuestra y la confusión que nos envíe el maligno, mientras más altas sean las amargas y turbias olas “del mar de la vida”, más debemos apresurarnos en entrar en la profunda morada de nuestro corazón.

Usualmente nos quejamos, argumentando que en nuestro camino a la salvación somos incomodados por quienes nos rodean y por las circunstancias desfavorables que tenemos que enfrentar, concluyendo que es imposible encontrar un lugar tranquilo para ocultarnos de la vacuidad que hay en todas partes. En tales situaciones, olvidamos que en nosotros existe “un rincón oculto y apacible del corazón” (I Pedro 3, 4). Olvidamos que es tan profunda la recámara de nuestro corazón, que podríamos escondernos en ella de toda banalidad y de cualquier tormenta externa. Debemos acostumbrarnos a pensar permanentemente en Dios, a tener en nuestro corazón el temor de Dios hacia Su Omnipotencia y Su Justicia, y a acordarnos del Estremecedor Juicio y de nuestra pecaminosa impureza. Y, “con temor de Dios y con fe”, entrar lo más profundo posible en nuestro corazón.

Y mientras más poderosas sean las tormentas que se alcen en contra nuestra y la confusión que nos envíe el maligno, mientras más altas sean las amargas y turbias olas “del mar de la vida”, más debemos apresurarnos en entrar en la profunda morada de nuestro corazón. Y desde allí debemos elevar una oración a nuestro Señor y Salvador, quien a Su pueblo hizo atravesar el mar con “los pies secos”.

Pueden ser llamadas recámaras del corazón (Juan 14, 2): la contrición sincera que se hace más y más profunda en la devoción a la voluntad de Dios y nuestra sinceridad al orar, que es siempre nuestra puerta a salvaguardia de uno mismo. Y podemos agregar la oración profunda en el corazón, abandonándonos a la voluntad de Dios.

(Traducido de: Ieromonahul Petru Sereghin, Cum să te mântuieşti în lumea contemporană, Editura Platytera, 2007, Bucureşti, pp. 273-274)