Palabras de espiritualidad

La obediencia es el único camino para escuchar el llamado del Espíritu de Dios

  • Foto: Catalin Acasandrei

    Foto: Catalin Acasandrei

La obediencia es una perfecta renuncia a la propia voluntad. Es el camino que debemos seguir para ser libres, para escuchar la voz del Espíritu Santo en nuestro corazón.

Por medio de la obediencia, nuestro espíritu se puede presentar puramente ante Dios.

“El que ame a padre o madre más que a Mí, no es digno de Mí”. Para las personas mundanas, no hay nada más terrible que estas palabras. Con todo, debemos llegar al punto de superar todo lo que nos ata a nuestros seres más cercanos. De lo contrario, jamás alcanzaremos el amor universal y absoluto a Dios.

La obediencia es una perfecta renuncia a la propia voluntad. Es el camino que debemos seguir para ser libres, para escuchar la voz del Espíritu Santo en nuestro corazón. Mientras perviva en nosotros alguna pasión, nuestra vida será trágica, un callejón sin salida. Entonces, no es posible encontrar la paz sino abandonando por completo nuestra propia voluntad. Solo cuando nos libremos de nuestros propios pensamientos e ideas, voluntariamente, podremos vivir, en una pureza absoluta, en la “atmósfera” de Dios.

Obedecer es desprenderte de tu voluntad individual. En la vida diaria, esto significa renunciar a tus propias ideas, para poder vencer en la lucha angustiosa y llena de dolor que cada día hay que librar contra las pasiones. Una vez finalizada esa lucha, te hallas ante las puertas de la eternidad.

(Traducido de: Arhimandritul SofronieDin viață și din Duh, Editura Reîntregirea, Alba Iulia, 2014, pp. 44-45)