La obediencia nos asemeja a los santos mártires
La virtud de la obediencia nos hace merecedores de la corona del martirio por parte de nuestro Señor Jesucristo.
La divina obediencia es, ante Dios, una virtud tan grande, que, según las enseñanzas de muchos de los Santos Padres —quienes fueron perfectamente obedientes, porque durante toda su vida practicaron incansablemente esta excelsa virtud—, nos hace merecedores de la corona del martirio por parte de nuestro Señor Jesucristo. ¿Por qué? Porque la renuncia total a nuestra propia voluntad, para someternos a los preceptos de nuestro padre espiritual, será considerada algo semejante al derramamiento voluntario de la propia sangre por el nombre de Cristo, en el día de Su justa retribución por nuestros actos.
(Traducido de: Sfântul Paisie de la Neamţ, Cuvinte şi scrisori duhovniceşti I, Editura Tipografia Centrală, Chişinău, 1998, p. 81)