La obediencia que nos hace libres
La esperanza del discípulo es —después de esta prolongada prueba— lograr vencerse a sí mismo, dominarse, a tal grado que pueda alcanzar, finalmente y por medio de una obediencia que dura toda la vida, la perfecta libertad, es decir, la liberación de sí mismo. Esta es la forma de escapar de la suerte de esos que, después de toda una vida, no han conseguido encontrarse a sí mismos.
Los que se han hecho ofrenda en el altar de la obediencia a su padre stárets, fueron, especialmente, los monjes. Pero, ¿qué cosa es un stárets?, se pregunta Fiódor Dostoyevski. El stárets es ése que toma tu alma y tu voluntad y las introduce en su propia alma y en su propia voluntad. En el momento en el que eliges un stárets, estás renunciando a tu propia voluntad y se la entregas a él, bajo la forma de una obediencia plena, una total renuncia a tí mismo. Esta maestría, esta escuela de vida es recibida voluntariamente por el que renuncia a sí mismo, con la esperanza que, luego de esta prolongada prueba, pueda lograr vencerse a sí mismo, dominarse, a tal grado que pueda alcanzar, finalmente y por medio de una obediencia que dura toda la vida, la perfecta libertad, es decir, la liberación de sí mismo, escapando de la suerte de esos que, después de toda una vida, no han conseguido encontrarse a sí mismos.
(Traducido de: Arhimandrit Paulin Lecca, Adevăr și Pace, Tratat teologic, Editura Bizantină, București, 2003, p. 82)