Palabras de espiritualidad

La “Oración del corazón” y la forma en que el amor a Dios se enciende en nosotros

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

En la “Escala”, San Juan Climaco nos habla de 30 niveles o peldaños, de los cuales el último es el amor, porque, de hecho, el amor en el Señor es auténtico solamente cuando viene de Dios.

¿Cómo se crea en nosotros y cómo se desarrolla el amor a Dios con esta oración?

—Indudablemente, el objetivo de la vida cristiana es el amor.

Quisiera volver a lo que dije antes, en relación con la devoción a la Madre del Señor, por medio de la oración que hacemos con la ayuda de una cuerda de oración. Creo que esta fe ortodoxa es mucho más equilibrada, desde un punto de vista teológico, y es realmente importante respetar ese equilibrio.

En lo que concierne a la virtud del amor, recuerdo ahora aquel pasaje del Evangelio según San Juan, en el cual Jesús dice: “Si alguno me ama, guardará Mi Palabra, y Mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él” (Juan 14, 23). Los Santos Padres subrayan que el camino del cristiano consiste, ante todo, en el cumplimiento de los mandamientos de Cristo.

Pero, atención, porque pronto veremos cómo las pasiones se despiertan en nuestro interior. Por eso, a menudo, cuando oramos con la “Oración de Jesús”, nos inundan toda clase de pensamientos impuros, mismos que, en cualquier otro momento del día, parecieran estar como dormidos. Sin embargo, nuestro camino empieza con el arrepentimiento y con una fidelidad cada vez más grande al cumplimiento de los mandamientos de Dios. Solo así, el amor será la revelación de la presencia en nosotros de la Gracia de Dios.

El cristiano que empieza con la contrición, tiene grandes posibilidades de alcanzar el amor verdadero. Al contrario, el que empieza con el amor, carece de la experiencia necesaria y casi seguramente no podrá llegar muy lejos. En la “Escala”, San Juan Climaco nos habla de 30 niveles o peldaños, de los cuales el último es el amor, porque, de hecho, el amor en el Señor es auténtico solamente cuando viene de Dios.

(Traducido de: Celălalt Noica – Mărturii ale monahului Rafail Noica însoțite de câteva cuvinte de folos ale Părintelui Symeon, ediția a IV-a, Editura Anastasia, 2004, pp. 164-165)