La paz que pierde aquel que busca los placeres
Aquel que sólo se somete a los placeres, no puede ya vivir en paz, debido a las contrariedades que estos producen, además del temor, las tribulaciones e incontables pasiones.
Aquel que sólo se somete a los placeres, no puede ya vivir en paz, debido a las contrariedades que estos producen, además del temor, las tribulaciones e incontables pasiones.
Si (el hombre que vive entre placeres) empieza a pensar en la muerte, y la espera, como todo mortal, es que ha muerto ya de temor, antes aún de morir.
Y si, además, contrae alguna enfermedad, o sufre alguna ofensa, o cae en la pobreza, o tiene que enfrentar cualquier otra desgracia imprevista, termina por destruirse y desmoralizarse completamente. ¿Y qué podría ser peor que semejante vida?
(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Omilii la Epistola către Romani a Sfântului Apostol Pavel, traducere de P. S. Teodosie Atanasiu, Editura Christiana, București, 2005, p. 249.)