La resistencia ante las tentaciones, un reto en el mundo actual
Si sabemos guardar el equilibrio y la compostura, asistiendo a la Divina Liturgia y obrando el bien, nuestra salvación es algo muy sencillo de conseguir.
En nuestros días, ¿cuáles son, de hecho, los frutos de un amor auténtico, como los que querría cualquier joven?
—Hoy en día, observamos que todo ha cambiado en nuestra sociedad. Por eso, actualmente la salvación es algo muy simple, porque estos tiempos fueron largamente añorados por los primeros cristianos y los grandes ascetas de nuestra historia cristiana. ¿Por qué? Porque la salvación es muy simple: lo único que tienes que hacer es resistir ante las tentaciones. No tienes que hacer nada extraordinario, como dar tu vida por Cristo, o que te torturen, o que te arrastren con caballos, o que te descuarticen. No. Ahora, lo único que tienes que hacer es no enloquecer, viendo cuántas cosas suceden en nuestra sociedad y en el mundo. Si sabemos guardar el equilibrio y la compostura, asistiendo a la Divina Liturgia y obrando el bien, nuestra salvación es algo muy sencillo de conseguir. Pero, por otra parte, hay que tener en cuenta que, en determinados aspectos, la resistencia es algo difícil de realizar. La resistencia, en sí, es complicada. Ahora te resulta complicado detener a tu propia hija, cuando todas las demás chicas del edificio salen a hacer tropelías en la calle, y entonces viene ella y dice: “¡Iré yo también!”, y tú no sabes cómo expicarle por qué no debe hacerlo. En esto, como podemos ver, la resistencia es un problema.
(Traducido de: Părintele Nicolae Tănase, Soțul ideal, soția ideală, Editura Anastasis, Sibiu, 2011, p. 77)