La respuesta de Dios a nuestras plegarias
Estas tres virtudes: la oración, el ayuno y la misericordia, se entrelazan y se ayudan recíprocamente para nuestro bien.
Si nos preguntamos, “¿Cuándo es que Dios cumple con más rapidez nuestras peticiones?”, la respuesta puede darse de distintas maneras. Una forma segura es cuando nuestra oración va acompañada del ayuno, la caridad y una vida intachable. La caridad y el ayuno son las alas que elevan la oración, como dijimos en otro momento. Estas tres virtudes: la oración, el ayuno y la misericordia, se entrelazan y se ayudan recíprocamente para nuestro bien.
De igual manera, nuestras oraciones son prontamente escuchadas cuando invocamos el auxilio de la Madre del Señor y de los santos, que son los amigos de Dios, sobre todo si estas oraciones son elevadas por muchos cristianos a la vez. El Santo Apóstol Pedro fue encarcelado por Herodes, pero las oraciones incesantes de una gran multitud de fieles fueron tan poderosas, que Dios envió un ángel del Cielo, quien de forma totalmente admirable libró a San Pedro de sus cadenas y del encierro. Así es como, a menudo, Dios responde a nuestras plegrias.
(Traducido de: Arhimandritul Sofian Boghiu, Smerenia și dragostea, însușirile trăirii ortodoxe, Editura „Fundația Tradiția Românească”, București, 2002, p. 38)