La riña no es una forma de alejar el mal
Me acuerdo que de niño escuchaba decir en mi familia que, por culpa de la pobreza y de las dificultades, aparecen las riñas. Y sucede que ahora vienen muchas personas a contarme que discuten por causa de las carencias con las que viven. Y yo respondo siempre: “Bien, ¿Todos esos problemas se resuelven con discusiones?”. Y todos confiesan que no.
Debe evitarse todo lo que, en lugar de traer algo positivo, deja mucha más infelicidad y negativismo en la vida de todos los días.
Me acuerdo que de niño escuchaba decir en mi familia que, por culpa de la pobreza y de las dificultades, aparecen las riñas. Y sucede que ahora vienen muchas personas a contarme que discuten por causa de las carencias con las que viven. Y yo respondo siempre: “Bien, ¿Todos esos problemas se resuelven con discusiones?”. Y todos confiesan que no.
Luego, la riña no es una forma de alejar el mal, sino que es una debilidad de los que se comprometen en algo así, porque no ganas un centavo peleando, no logras ninguna ventaja cuando no permaneces en los límites de la decencia. Así que las personas deben evitar todo aquello que no trae nada positivo, sino mucha más infelicidad y negativismo en la vida de todos los días.
(Traducido de: Arhimandritul Teofil Părăian, Veniţi de luaţi bucurie, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2001, p. 36)