La salvación del cristiano
La balsa salvadora es la Iglesia de Cristo. Quien la rechace, morirá inexorablemente, pagando así su orgullo, necedad, vanidad, vileza o capricho.
¿Qué sucederá con aquel que, cayéndose de una barca al agua, y viendo la cuerda que le arrojan o la balsa que le envían para salvarse, no sólo no se aferra a la cuerda o a la balsa, sino que hasta las rechaza? Morirá ahogado. Lo mismo ocurre con los cristianos a los que se les ha otorgado, desde el Cielo y para la salvación enterna, algo parecido a un salvavidas; las Sagradas Escrituras y todos los Sacramentos, incluyendo el más grande de ellos, el Sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo, La balsa salvadora es la Iglesia de Cristo. Quien la rechace, morirá inexorablemente, pagando así su orgullo, necedad, vanidad, vileza o capricho.
(Traducido de: Sfântul Ioan de Kronstadt, Liturghia – cerul pe pământ, Editura Deisis, 2002, p. 105)