La Santa Comunión, tan necesaria en tiempos como este
Ante la actual pandemia de coronavirus, compartiendo la sed espiritual de todos aquellos que hubieran querido asistir a la iglesia durante este período pascual y comulgar con los Santísimos Misterios, pero se vieron forzados a permanecer aislados en sus hogares, la Comunidad Sagrada del Santo Monte Athos siente la necesidad de expresar lo siguiente:
«La Santa Eucaristía constituye una fuente de santidad, salvación, esperanza, luz y participación en la vida del Señor, y en ningún caso podría ser causa de transmisión de enfermedades infecciosas o cualquier otro mal. De esto da testimonio la experiencia de muchos siglos; esto enseña, con conocimiento de causa, nuestra Iglesia. Esto es lo que creemos con firmeza como cristianos y miembros fieles de la Iglesia. Nuestra Iglesia ha sido y sigue siendo dadora de los bienes eternos, de la Sangre y el Cuerpo de Cristo, por medio de los cuales nos podemos unir con Cristo crucificado y resucitado, vencedor de la muerte.
Manifestamos nuestra tristeza por las recientes declaraciones públicas que instan a evitar la Santa Eucaristía, subrayando el hecho de que este Sacramento, el más grande de la Iglesia Ortodoxa, es absolutamente necesario para la vida espiritual, y que los fieles no pueden ser privados de él.
La Comunidad Sagrada no se opone a las medidas de protección en contra del coronavirus y respeta los esfuerzos de las autoridades estatales, los científicos y todos aquellos que trabajan en el campo de la salud, para combatir la pandemia. Hacemos, con la ayuda de Dios, todo lo humanamente posible, y por esta razón se han tomado —y siguen vigentes, cumpliéndose con celo y discernimiento— las correspondientes medidas de protección en el Santo Monte.
Sin embargo, de ninguna manera esta pandemia y su combate deben relacionarse con la capacidad de los fieles de participar de los Sacramentos de la Iglesia Ortodoxa, limitándose así la libertad religiosa y el culto cristiano. En las difíciles condiciones causadas por esta pandemia, más necesitamos acudir a Dios, participar de los medios de salvación que nos ofrece la Iglesia, e invocar el auxilio divino y la mediación de los santos, por los distintos medios que la Iglesia conoce en su experiencia de siglos, como la realización de procesiones con los íconos y las reliquias de los santos, la práctica de oraciones correspondientes y la celebración de oficios especiales.
Este tiempo de prueba pasará y las diversas medidas restrictivas que se han tomado serán gradualmente reducidas. Así, esperamos que esa prueba —que el Señor permitió que viniera por causa de nuestros pecados— se convierta en motivo de sincero arrepentimiento y de volver a la enseñanza del Santo Evangelio de Cristo crucificado, Quien no es solamente la esperanza de cada uno de nosotros, personalmente, sino también del mundo entero. Él es Aquel que aparta todo temor, porque es también el Vencedor de la muerte.
En el actual período litúrgico de la Santa Pascua, unámonos al Señor con nuestro arrepentimiento, nuestro amor y nuestra misericordia, siendo indulgentes ante las debilidades de nuestros semejantes, practicando la paciencia, la fe más firme, y entregándole “toda nuestra vida a Cristo Dios”.
¡Cristo ha resucitado!».
Todos los representantes y administradores de los veinte Santos Monasterios del Santo Monte Athos, en Sinaxis común
Fuente: agioritikesmnimes.blogspot.com