La Santísima Madre del Señor nos protege de los ataques del maligno
Los Santos Padres de la Iglesia nos dan testimonio de que sobre nosotros se agrupan y nos atacan sin descanso legiones enteras de demonios, con el único propósito de llevar nuestra alma a la perdición.
Los Santos Padres de la Iglesia nos dan testimonio de que sobre nosotros se agrupan y nos atacan sin descanso legiones enteras de demonios, con el único propósito de llevar nuestra alma a la perdición. ¿Cómo lo hacen? Lanzándonos pensamientos pérfidos, despertando en nosotros impulsos negativos e inclinando nuestra voluntad a todo mal y a la comisión de actos inmorales, que son perjudiciales no solo para nosotros mismos, sino también para quienes nos rodean.
Pero los demonios, que son los culpables de todas nuestras tribulaciones, no temen a nadie tanto como a la Santísima Virgen María, propiciadora de la encarnación del Señor, del Verdadero Dios. El solo hecho de pronunciar su nombre es mortal para los demonios y los obliga a huir de nosotros.
(Traducido de: Sfântul Ierarh Serafim (Sobolev) Făcătorul de minuni din Sofia, Predici, Editura Adormirea Maicii Domnului, București, 2007, p. 180)