Palabras de espiritualidad

La tentación del orgullo herido

  • Foto: Constantin Comici

    Foto: Constantin Comici

Si te humillas y te apartas de tu propia voluntad, en cualquier lugar hallarás sosiego”.

«Me escribes para contarme el desencuentro que tuviste con la hermana R. En la Escritura dice: “mis amigos se alejan (Salmos 37,12). Y, aún sin las Escrituras, la vida demuestra que el orgullo herido aparta a unos de otros, incluso a los que antes eran muy cercanos.

¿Qué se puede hacer? Todos tenemos la misma debilidad, es decir, el deseo de tener siempre la razón, pero este es un anhelo que siempre termina afectando a los demás, y a quienes lo nutren los hace culpables ante el juicio de Dios, porque, como dice San Isaac el Sirio, en la ley evangélica no está permitida la auto-justificación, porque dice: “al que te abofetee en la mejilla derecha, preséntale también la otra” (Mateo 5, 39).

Así, basándose en la ley evangélica, todos nuestros Santos Padres dicen al unísono que la victoria en contra de cualquier tentación radica en la humildad y la paciencia.

Entonces, humillémonos y esforcémonos en ser pacientes, que sólo así encontraremos descanso y paz para nuestras almas, como bien lo dice el Señor: “Aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas” (Mateo 11, 29). Además, acuérdate de las palabras que alguna vez te dijo el higúmeno A., a quien recordamos con amor. “Mientras nos hallemos en este mundo, no podremos vivir sin aflicciones; y aunque nos subiéramos a una nube, ni siquiera allí podríamos librarnos de las penas, porque nuestro Señor dijo: En el mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo! Yo he vencido al mundo. (Juan 16, 33)”.

Estas palabras nos enseñan a no perder la esperanza ante los problemas, y a esperar siempre el auxilio de Dios, a Quien debemos llamar constantemente. En otras palabras, tenemos que orar sin cesar para que Dios nos envíe Su ayuda.

He aquí otro consejo, uno de San Barsanufio el Grande: “Si te humillas y te apartas de tu propia voluntad, en cualquier lugar hallarás sosiego”.

Esfuérzate en soportar serenamente las tentaciones que te entristecen, invocando el auxilio de Dios».

(Traducido de: Cum să educăm ortodox copilul: 300 de sfaturi înțelepte pentru părinți de la sfinți și mari duhovnici, traducere de Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, București, 2011, pp. 68-69)