La trascendencia del amor en la vida del cristiano
Me pregunto, hermano, ¿por qué nos cuesta tanto amarnos? ¿Por qué? ¿Por qué vivimos sin hacer nada? ¿Por qué avanzamos como por inercia?
¿Has observado, hermano, que el criterio de la salvación en el Evangelio es el amor? Por nuestro amor seremos juzgados: “¿Por qué no habéis amado?”. Cuando abres el Evangelio, ¿has notado cómo Dios nos repite una y otra vez: “¡Amaos! ¡Un mandamiento nuevo os doy: que os améis unos a otros! ¡Amaos como Yo os he amado! ¡Amaos!”.
Y me pregunto, hermano, ¿por qué nos cuesta tanto amarnos? ¿Por qué? ¿Por qué vivimos sin hacer nada? ¿Por qué avanzamos como por inercia? Pasa un día, después otro… Pero, escucha: ¡seremos juzgados y condenados, todos, sin excepción, si en vez de bendecir a nuestros hermanos, murmuramos en su contra o si los maldecimos! Esto es lo más importante de todo: ¡no hables mal de nadie!
(Traducido de: Ne vorbește Părintele Arsenie vol. 2, Editura Episcopiei Romanului, 1997)