Los jóvenes tienen que confiar en Dios para estar en paz, porque nuestro Buen Dios, como un amoroso Padre, actúa ahí donde nosotros, humanamente, no podemos hacer nada. Luego, el joven no tiene que correr a tomar decisiones apresuradas para su vida futura. Conozco jóvenes que se intranquilizan mucho e intentan resolver todos sus problemas de una sola vez. Finalmente, todo se tuerce y terminan renunciando a sus estudios.

Porque, por ejemplo, si todavía tienen que terminar la facultad, los jóvenes pierden la serenidad y empiezan a pensar mucho en su futuro, hasta que concluyen que lo mejor es postergar sus estudios. Esto, sin duda, viene a complicar mucho más el camino de su vida. No es posible resolver todos los problemas de un golpe. Para poder tener éxito en sus planes de vida, tienen que hacer una purificación general en su interior, una limpieza total, poniendo cada cosa en su lugar. 

(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Viața de familie, Traducere din limba greacă de Ieroschim. Ștefan Nuțescu, Editura Evanghelismos, București, 2003, p. 20)