Palabras de espiritualidad

La vida del cristiano en el mundo, según el padre Serafín Rose

    • Foto: Constantin Comici

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Ya que el propósito de la vida espiritual es la plenitud en Cristo, es imperativo oponernos a la agitación y las tentaciones.

Aunque el padre Serafín Rose tenía una rica vida espiritual, prefería no revelársela a los demás, y, ya que era muy modesto, a partir de sus cartas no podemos obtener más que algunos indicios de ella. Ciertamente, el relato entero de su vida espiritual aún espera un estudio más amplio y profundo. Sin embargo, sí que podemos algunos principios fundamentales.

En primer lugar, él creía y enseñaba que el trabajo espiritual del cristiano —el camino a la salvación— implica un duro sacrificio: “El Reino de Dios es cosa que se conquista, y los más decididos son los que se adueñan de él (Mateo 11, 12). En una sociedad en la que cualquier problema requiere de soluciones inmediatas, concretas, fáciles y superficiales —incluso los problemas espirituales— él sostenía (como lo hicieran otrora los Santos Padres) que la lucha espiritual no es ni fácil ni inmediata, porque requiere una vida de atención y determinación diarias. Ya que el propósito de la vida espiritual es la plenitud en Cristo, es imperativo oponernos a la agitación y las tentaciones. Él sentía que esta labor es suficientemente complicada para el monje que mora en “una lejana ermita”, y con mayor razón para el laico que lucha por encontrar su camino en este mundo.

(Traducido de: Ne vorbește părintele Serafim Rose - Scrisori, traducere de Ștefan Francisco Voronca, Editura Egumenița, Galați, 2003, pp. 324-325)