La voluntad de los esposos “arde” todos los obstáculos
Cuando hay buena voluntad para convivir, los esposos sobrepasan cualquier obstáculo.
“A los hombres no les falta fuerza, sino voluntad”, dice Víctor Hugo. Cuando hay voluntad se sobrepasan todas las deibilidades y obstáculos. Lo mismo sucede con el matrimonio: cuando hay buena voluntad para convivir, los esposos vencen cualquier dificultad. La voluntad “arde” esos impedimentos. Tomas una decisión y te tranquilizas, igual que el paralítico.
Al contrario, cuando no existe el deseo de convivir, empiezan a aparecer innumerables problemas (que antes eran ahuyentados por la armonía), levantando frente a los cónyuges un muro imposible de escalar. Se siente como una sensación de asfixia, de ahogo. ¿Qué más puede decir, entonces, el paralítico?
(Traducido de: Arhimandrit Vasilios Bacoianis, Căsătoria, Editura Tabor, Bucureşti, 2010, p. 99)