La voz de Dios nos habla desde nuestra conciencia
Antes de la aparición del pecado, la mente del hombre era tan lúcida y luminosa, que Dios le concedió poner un nombre a todos los seres creados por Él.
Ya que no hace falta entrar en detalles de cierto carácter científico, nosotros decimos que la conciencia es la voz de Dios alojada en la mente del hombre desde que este fue creado, para que pueda entender qué es bueno y qué es malo. El bien es la obediencia a Dios, y el mal es la desobediencia a Dios.
Antes de la aparición del pecado, la mente del hombre era tan lúcida y luminosa, que Dios le concedió poner un nombre a todos los seres creados por Él. ¿Cómo supo el hombre darle un nombre a todo? Poseedor de una mente llena de luz y entendimiento, el hombre entendió sin mayor esfuerzo el propósito de cada uno de esos seres y sus características esenciales para alcanzar tal designio.
(Traducido de: Arhimandritul Atanasie Anastasiou, Spovedania. Îndrumar, Editura Sofia, București, 2004, p. 15)