Las artimañas del maligno para apartarnos del camino de la virtud
Muchas personas, cuando escuchan la palabra “ayuno”, responden: “No quiero”, “No puedo”, etc. Es el maligno quien las induce a rechazar el ayuno, a no respetarlo.
Nosotros conocemos el poder del ayuno y su importancia, a partir del hecho de que es una de las cosas que más odia el maligno. Hay personas que vienen a pedirme consejo y a confesarse, y, entre otras cosas, las exhorto a respetar los santos períodos de ayuno. ¿Qué sucede? Que están de acuerdo con todo, pero cuando escuchan la palabra “ayuno”, responden: “No quiero”, “No puedo”, etc. Es el maligno quien las induce a rechazar el ayuno, a no respetarlo.
¿Cuál es la táctica del demonio? Sabiendo que cada persona tiene pecados grandes o pequeños, hace todo lo posible para que no se arrepienta de ellos. Con este propósito, se afana con denuedo en hacer que esas faltas le parezcan insignificantes, susurrándole al oído: “Este pecado no es tan importante… De todas formas, Dios siempre te perdona”, etc. Y muchas veces consigue que el individuo se olvide de esos pecados.
(Traducido de: Starețul Varsanufie de la Optina. Viața și minunile, Editura Doxologia, Iași, 2011, p. 150)