Palabras de espiritualidad

Las dos cosas que hay que pedirle a Dios

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

El Espíritu de Dios no entra a una casa ocupada por un siervo poseído por el pecado, ni adorna, con Su presencia y Sus celestiales dones, una casa sucia.

Lázaro dijo: «Hasta en este momento me he dado cuenta de cuán ignorante soy. He aquí que estoy a las puertas de la muerte y aún no sé qué tendría que pedirle a Dios. Lucho con mi Creador, como lo hiciera antes Job, en cosas que superan mi rango y mi autoridad. ¡Enséñame, oh siervo del Altísimo, qué es lo que debe pedirle a su Dios el hombre que yace en su lecho de muerte!».

Y el ángel del Señor le respondió: «Al final y al comienzo del viaje por este mundo, y en cada etapa del mismo, lo más importante para el viajero terrenal es pedirle dos cosas a Dios: en primer lugar, el perdón de los pecados, y en segundo lugar, la obtención del Espíritu de Dios. Lo que está lleno debe vaciarse antes, para que pueda ser llenado otra vez. Primero hay que limpiarlo, para después poder adornarlo. El Espíritu de Dios no entra a una casa ocupada por un siervo poseído por el pecado, ni adorna, con Su presencia y Sus celestiales dones, una casa sucia. El hombre está conformado, de forma prodigiosa, por el cuerpo, el alma y el espíritu (el espíritu, como la parte más fina del alma). El espíritu es el motor y soberano de todo el ser. Tal como sea el espíritu, así también serán los movimientos del alma y el cuerpo. Tal como sea su espíritu, así será también el hombre. El espíritu mueve al alma, y el alma mueve al cuerpo. “El espíritu es el que da vida, la carne no sirve para nada” (Juan 6, 63). Hasta las mismas legiones angélicas del Reino de los Cielos viven y son puestas en movimiento sólo por el Espíritu de Dios. De este Espíritu brotan, para nosotros, los ángeles, cuatro fuentes de la Gracia: la verdad, el amor, la vida y la alegría».

(Traducido de: Sfântul Ierarh Nicolae al Ohridei și Jicei; Fericitul Arhimandrit Justin Popovici, Taina și semnificația bătăliei de la Kosovo, traducere din limba engleză de Paul Bălan, Editura Anestis, 2013, pp. 76-77)