Las energías del Espíritu Santo
En su “Homilía sobre el Espíritu Santo”, San Juan Crisóstomo dice que los siete espíritus son las energías del Espíritu, y San Gregorio el Teólogo concluye que “a Isaías le agradaba llamar ‘espíritus’ a las energías del Espíritu”.
Cuando nos referimos a los siete espíritus que moran en la naturaleza humana de Cristo, según la profecía de Isaías, ¿quién podría negar que se trata de un solo Espíritu el que lo acompaña a Él? Porque fue el mismo Isaías quien lo mencionó antes, diciendo: “Un brote saldrá del tronco de Jesé, un vástago surgirá de sus raíces. Sobre él reposará el Espíritu del Señor”, es decir, un solo Espíritu en esencia, aunque después enumera las siete energías del Espíritu: “el Espíritu de sabiduría e inteligencia, el Espíritu de consejo y de fortaleza, el Espíritu de conocimiento y de piedad, el Espíritu de temor santo”. A este último el gran Basilio lo llama “fuerte”, enseñándonos que también nosotros podemos estar siempre juntos con el Espíritu de Dios.
Pero ¿quién podría sostener que, al hablar del Espíritu de Dios, Isaías afirmó que era la misma naturaleza (divina)? En su “Homilía sobre el Espíritu Santo”, San Juan Crisóstomo dice que los siete espíritus son las energías del Espíritu, y San Gregorio el Teólogo concluye que “a Isaías le agradaba llamar ‘espíritus’ a las energías del Espíritu”. Pero también a partir del hecho de que, antes de los siete espíritus, es llamado genéricamente “Espíritu de Dios”, entendemos que en Sí Mismo Él es único, y a partir del hecho que (los siete ‘espíritus’) son distintos, se demuestra que no tenemos que confundir la unidad del Espíritu con esos siete aspectos.
(Traducido de: Sfântul Grigorie Palama, Epistole dogmatice, Editura Anastasia, 2009, pp. 27-28)