Las fuerzas que vienen de lo alto...
Teniendo al alcance estos poderes y practicándolos, nos daremos cuenta que ya nada desagradable nos ocurrirá, nada doloroso o insufrible.
Hemos recibido, por parte de Dios, poderes virtuosos y muy grandes: la templanza, el sufrir por el mal ajeno, la pureza, la perseverancia, la paciencia y otras cosas semejantes, que nos ayudan a oponernos y luchar contra el mal. Teniendo al alcance estos poderes y practicándolos, nos daremos cuenta que ya nada desagradable nos ocurrirá, nada doloroso o insufrible. Empezaremos a creer, entonces, que es posible vencer las cosas del mundo con nuestras virtudes. Sin embargo, los necios no entienden esto. Por eso, no comprenden que todo nos sucede para nuestro propio bien y utilidad, para que nuestras virtudes brillen y seamos coronados por Dios.
(Traducido de: Sfântul Antonie cel Mare, Filocalia vol 1, Editura Dacia Traiana, Sibiu, 1947, p. 4)