Las lágrimas de contrición y el anhelo de la Eucaristía
¿Quieres, acaso, comulgar siempre entre lágrimas? Pon en práctica lo que cantas y lees diariamente, así podrás cumplir perseverantemente con lo demás.
Esto es deificarse, en esta inefable unión. ¿Quieres, acaso, comulgar siempre entre lágrimas? Pon en práctica lo que cantas y lees diariamente, así podrás cumplir perseverantemente con lo demás. Las lágrimas son muestra de de que comulgamos con pureza, y una contrición viva, que es lo que Cristo busca, se expresa por medio del llanto, la oración y la Eucaristía anhelada desde lo profundo del alma. Quien hace todo esto y vive entre suspiros y lágrimas (de arrepentimiento), es digno —no solamente en las festividades, sino cada día, y me atrevería a decir que ya desde el comienzo de su conversión— de participar de estos divinos misterios, porque no está lejos de alcanzar un alto nivel de pureza y santificación.
(Traducido de: Sf. Simeon Noul Teolog, Cateheza IV, în col. „Părinţi şi Scriitori Bisericeşti”, E.I.B.M.B.O.R., Bucureşti, 2004, pp. 612—622)