Palabras de espiritualidad

Las plegarias de la Madre del Señor libran a la humanidad de grandes males

  • Foto: Crina Zamfirescu

    Foto: Crina Zamfirescu

La Madre del Señor se esmera en devolverles la salud a todos y llenarlos con su consuelo.

Cuando hay alguna enfermedad asolando la faz de la tierra, o cualquier terrible epidemia, como la peste o el tifus, o cualquier otra enfermedad enviada por Dios por nuestros pecados, cuando mueren niños, mueren padres, mueren hermanos y hermanas, y unos se separan de otros, la Madre del Señor los ampara a todos.

No hay nadie que tenga el poder de traer salud al mundo, sino nuestro Buen Dios, porque la Madre del Señor, como una Madre amorosa, se postra nuevamente de rodillas y ora:

“Señor te pido que envíes salud y hagas que el aire que respiran sea sano. Señor, libra de este sufrimiento a las viudas, a los niños, a los necesitados, a todos los hombres, ¡porque son muchos los que imploran mi auxilio y quiero que mis oraciones les sirvan para obtener Tu misericordia y Tu compasión!”.

Y así, a lo largo del tiempo, las epidemias y cualquier otra enfermedad han cesado y deaparecido, gracias al don de Cristo, cuando ni siquiera los médicos sabían qué más hacer con tantos muertos, tantos heridos, tantos contagiados. Pero la Madre del Señor se esmera en devolverles la salud a todos y llenarlos con su consuelo.

(Traducido de: Părintele Cleopa Ilie, Predici la sărbătorile de peste an, Editura Christiana, 2001, p. 52)