Las pruebas nos guían a la salvación
Estos cambios de estado —por los cuales el hombre de oración debe pasar con diligencia y con todo el corazón— lo conducen al inestimable conocimiento del misterio de los caminos de la salvación.
Poderes de dimensiones cósmicas se alzan contra la oración (Efesios 6, 12), y a ellos se suma incluso la propia naturaleza del hombre caído. Pero cuando la resistencia contra estas fuerzas destructoras crece, y la Gracia Divina en la oración se multiplica, entonces brota también la alegría de la esperanza en la victoria de Cristo, que es mucho más excelsa que cualquier cosa de este mundo.
Sin embargo, para alcanzar la perfección de este tipo de oración —que el Padre Sofronio describe como la elevación del mundo creado desde su caída—, el hombre es sometido a una gran tensión y atraviesa muchos y variados estados. Pasa de momentos de alta elevación espiritual a un sentimiento de desolación interior; y de un incremento a una disminución de su “poder de oración”.
Estos cambios de estado —por los cuales el hombre de oración debe pasar con diligencia y con todo el corazón— lo conducen al inestimable conocimiento del misterio de los caminos de la salvación.
(Traducido de: Arhimandritul Zaharia Zaharou, Lărgiţi şi voi inimile voastre!, Editura Reîntregirea, Alba-Iulia, 2009, p. 151)
