Las virtudes que nos abrirán las puertas del Reino de Dios
Es necesario revestirnos de amor y humildad para poder entrar al Reino de los Cielos.
Cristo no nos pide muchas cosas. En Su Segunda Venida, Él no nos dirá: “¿Por qué no habéis practicado la austeridad y el sacrificio?”. No. Él dirá: “¿Por qué no habéis vestido al pobre? ¿Por qué no habéis consolado al cautivo?”. Esas pequeñas acciones constituyen las obras del amor.
Por eso fue que el Señor dijo: “¿Quién es el que me ama? El que guarda Mis mandamientos. El que no me ama, ese no respeta Mis mandamientos”. Estas últimas palabras adquirián este sentido: “Ya que no habéis tenido amor, no podréis entrar en la morada del Amor”.
Esa morada se obtiene solamente practicando el amor y el sacrificio. Por eso, es necesario revestirnos de amor y humildad para poder entrar al Reino de los Cielos.
(Traducido de: Părintele Efrem Athonitul, Despre credință și mântuire, traducere de Cristian Spătărelu, Editura Bunavestire, Galați, 2003, p. 11)