¿Le has pedido hoy ayuda a tu ángel guardián?
El ángel que se nos ha dado desde nuestro Bautizo tiene un gran poder. Por eso, al terminar de orar en casa, hagan algunas postraciones frente a él, diciendo, “¡Ángel santo, guardián de mi vida, pídele a Cristo-Dios por mí, pecador (pecadora)!”
Cuando nos llegue el momento final en esta vida, nuestro ángel tendrá un rol especial. Y es que en esos instantes todos los demás ángeles se hacen a un lado.
El ángel que se nos ha dado desde nuestro Bautizo tiene un gran poder. Por eso, al terminar de orar en casa, hagan algunas postraciones frente a él, diciendo, “¡Ángel santo, guardián de mi vida, pídele a Cristo-Dios por mí, pecador (pecadora)!”. Porque este ángel no nos protege sólo durante nuestra vida, sino también al morir. Él viaja con nosotros y nos ayuda en el paso de los “peajes” que nuestra alma debe cumplir, durante cuarenta días. Sin él, el maligno haría con nosotros lo que le viniera en gana.
(Traducido de: Arhimandrit Ilie Cleopa, Drumul sufletului după moarte, p. 8)