¡Qué don tan grande el de Juan, de poder recostar su cabeza en el pecho del Señor! ¡Cómo se nos olvida que el Señor nos llama a gozarnos del mismo don, tan grande y santo! “Vengan a Mí todos los que están cansados y agobiados y Yo los aliviaré”, dice el Redentor. Él nos llama a rehacernos en Su descanso y Su santa paz.

El Señor nos llama de muchas maneras a descansarnos en Él. ¡Pero ignoramos que las penas, los sufrimientos, las pruebas y los problemas de la vida son un llamado del Señor para recostarnos en Su pecho! Entonces, ¡corramos a Él y apoyemos nuestra cabeza en Su pecho, recibiendo Su descanso!

(Traducido de: Părintele Iosif Trifa, Mai lângă Domnul meu, Editura Oastea Domnului, Sibiu, 2003, p. 19)