Lo importante es avanzar con humildad
El Señor apacigua y consuela a los humildes y modestos, en tanto que los orgullosos recogen los frutos de su inclinación: tristeza, turbación, desasosiego, intranquilidad y otras cosas semejantes.
«Me cuentas que sientes una pesada carga y mucha confusión en tu alma; debes saber que todo eso proviene de tu inclinación al orgullo. El Señor apacigua y consuela a los humildes y modestos, en tanto que los orgullosos recogen los frutos de su inclinación: tristeza, turbación, desasosiego, intranquilidad y otras cosas semejantes, como afirma San Isaac el Sirio. Al monasterio no has venido a descansar, sino a luchar contra las pasiones y los malos espíritus. El descanso vendrá cuando venzamos nuestras pasiones y nos hagamos perfectamente humildes. No quieras abalanzarte con un solo impulso hasta el Cielo; lo que tienes que hacer es aprender a avanzar con humildad, porque el peor de los males es dejarte dominar por el orgullo y la vanidad».
(Traducido de: Filocalia de la Optina, traducere de Cristea Florentina, Editura Egumenița, Galați, 2009, p. 131)