Lo más importante para el hombre verdaderamente juicioso
Esta es la única labor de su alma: agradarle a Dios, agradeciéndole por todo Su cuidado y Su providencia, y sometiéndose sin miramientos a lo que Él decida para su vida.
El hombre verdaderamente racional tiene una sola preocupación: obedecerle al Dios de todo y hacerse agradable a Él. Esta es la única labor de su alma: agradarle a Dios, agradeciéndole por todo Su cuidado y Su providencia, y sometiéndose sin miramientos a lo que Él decida para su vida.
Porque no es correcto agradecer a los médicos por la salud que nos devuelven los medicamentos amargos y desagradables, sin agradecerle a Dios por todo aquello que nos parece difícil de enfrentar, desconociendo que todo lo que sucede en nuestra vida es por nuestro bien, porque proviene de Su providencia. Y es que en el conocimiento y la fe en Dios radican la salvación y la perfección del alma.
(Traducido de: Sfântul Antonie cel Mare, Învățături despre viața morală a oamenilor și despre buna purtare, cap.2, în Filocalia, vol. I, p. 17)