Lo primero que tenemos que hacer para poder librar nuestra “lucha invisible”
El Señor oró también por Sus enemigos: “¡Perdónalos, Señor, porque no saben lo que hacen!”.
¿Cómo obtener la paz, padre? ¿Cómo enfrentar de mejor manera la lucha invisible?
—En primer lugar, no juzguemos a los demás ni nos comparemos con otros, porque la oración del fariseo, “Te agradezco, Señor, porque no soy como este publicano”, era una oración de orgullo y desprecio, razón suficiente para que Dios la rechazara. Por eso fue que el que despreciaba a su semejante fue a dar al infierno. Tenemos que aprender a orar por todos. Pero, atención, que no tenemos permitido orar por los enemigos de Cristo, sino solamente por nuestros enemigos. El Señor oró también por Sus enemigos: “¡Perdónalos, Señor, porque no saben lo que hacen!”. Pero Judas y todos los de la sinagoga del maligno sabían lo que hacían. El Señor oró por los que no saben lo que hacen, porque no se dan cuenta de ello.
(Traducido de: Părintele Adrian Făgețeanu, Viața mea. Mărturia mea, Interviuri de Andrei Dârlău, volum coordonat de Ciprian Voicilă, Editura Areopag, București, 2011, p. 77)