Lo que debemos tomar en cuenta para que nuestras peticiones sean escuchadas
Muchas veces esa “desatención” a nuestras peticiones es mucho más beneficiosa. Y lo que a simple vista parecía un fracaso, pasa a convertirse en una auténtica ganancia.
La oración es algo muy bueno cuando se practica con una mente pura, es decir, cuando le agradecemos a Dios no solamente por lo que nos da, sino también porque no nos da lo que le pedimos. ¿Por qué? Porque tanto lo bueno como lo malo tienen un provecho para nosotros.
Dicho de otra manera, incluso cuando no recibimos, realmente estamos recibiendo, porque no hemos recibido algo que no era bueno para nosotros. Muchas veces esa “desatención” a nuestras peticiones es mucho más beneficiosa. Y lo que a simple vista parecía un fracaso, pasa a convertirse en una auténtica ganancia.
Nuestra oración es eficiente, si:
– somos dignos de recibir lo que pedimos;
– nuestra petición corresponde con la voluntad de Dios;
– oramos sin cesar;
– acudimos siempre a Dios;
– pedimos lo que es útil para nosotros.
(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Problemele vieții, Editura Egumenița, pp.186-187)