Palabras de espiritualidad

Lo que impide que las virtudes vengan al corazón del hombre

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

De la desatención a uno mismo surge el descuido, del descuido aparece la desidia y, de esta última, brotan los apetitos.

Hay tres cosas que impiden que las virtudes vengan al corazón: el sometimiento (o esclavitud), la pereza y el olvido. Sin embargo, la peor de todas es el olvido, porque derruye todo lo que edifica el hombre. Además, es lo contrario a la atención, del mismo modo en que el agua es lo opuesto al fuego. De la desatención a uno mismo surge el descuido, del descuido aparece la desidia y, de esta última, brotan los apetitos. Y así sucesivamente, hasta volver a empezar.

(Traducido de: Patericul Lavrei Sfântului Sava, Editura Egumenița, 2010, pp. 165-166)