Lo que no hay en la vida monástica
“Cierto es que también aquí mueren los hombres, porque los monjes no son inmortales. Pero no le temen a la muerte en sí misma”.
Todas estas palabras: depresión, temor, infelicidad, miedo a la muerte, abatimiento, desasosiego, desesperación, soledad, hastío, agobio y todo lo que se les asemeje son cosas ajenas a la verdadera vida monástica en la Ortodoxia. Dice San Juan Crisóstomo que la vida monástica es esa en donde “no hay temor a opresores y déspotas tiranos; no existe la agitación provocada por los murmuradores, (...) ni el llanto, los quejidos o los gritos de desesperanza. Es un lugar libre de todas esas cosas tan repulsivas. Cierto es que también aquí mueren los hombres, porque los monjes no son inmortales. Pero no le temen a la muerte en sí misma”.
(Traducido de: Arhimandritul Spiridonos Logothetis, Deprimarea și tămăduirea ei, Editura Sofia, p. 94)