Lo que se requiere para ser un padre espiritual
El padre espiritual tiene que poseer un gran conocimiento, de manera que no le resulte ajena ninguna de las artimañas del enemigo, y pueda sacar a la luz los detalles más recónditos de la lucha espiritual de quienes le han sido confiados.
A un abbá verdadero se le pide, en primer lugar, que haya pasado por una conversión radical en su vida. Antes de aventurarse a enseñar a otros, tiene que habar sufrido una transformación interior con el auxilio de la Gracia Divina. Dice San Nilo: “¿Cómo se atreven estos, que ni siquiera pueden distinguir los pecados visibles, porque el polvo de la lucha con las pasiones oscurece su juicio, asumir la formación y supervisión de otros? ¿Y cómo podrían sanar a otros, si ellos mismos aún no han sanado sus propias pasiones, y no pueden guiar a otros a la victoria, si ni ellos mismos han vencido?”.
Si el preceptor espiritual desea que su consejo sea efectivo y vivificador, es esencial que hable desde su “experiencia personal”. “El padre espiritual tiene que poseer un gran conocimiento, de manera que no le resulte ajena ninguna de las artimañas del enemigo, y pueda sacar a la luz los detalles más recónditos de la lucha espiritual de quienes le han sido confiados”.
(Traducido de: IPS Kallistos Ware, Mitropolit de Diokleia, Îndrumarea duhovnicească în Muntele Athos, Editura Doxologia, traducere de Dragoș Dâscă, Iași, 2016, p. 49)