Palabras de espiritualidad

Lo que significa para nosotros, los cristianos, el poder honrar a la Madre del Señor

  • Foto: Silviu Cluci

    Foto: Silviu Cluci

¡Qué gran privilegio tenemos nosotros, los hombres! ¡Qué prerrogativa tenemos ante Dios, con de la intercesión de la Santísima Virgen María!

A Dios lo amamos y lo glorificamos de una forma determinada. Teológicamente, decimos que lo adoramos. A los santos los honramos, pero de otra forma, como hombres y mujeres agradables a Dios. Y a la Santísima Madre de Dios le otorgamos una veneración especial.

La Santísima Madre de Dios es venerada como Madre de la Luz y Madre nuestra. En la Cruz, Cristo nos confió a ella. Jesús le dijo a San Juan, desde lo alto de la Cruz: “¡Hijo, he aquí tu madre!”, y, por medio de San Juan, todos los hombres nos volvimos hijos de ella.

¡Qué privilegio que la Madre de Dios sea también nuestra Madre! ¡Qué gran privilegio tenemos nosotros, los hombres! ¡Qué prerrogativa tenemos ante Dios, con de la intercesión de la Santísima Virgen María!

(Traducido de: Preotul Nicolae TănaseSă nu-L răstignim iarăși pe Hristos, Editura Agaton, Făgăraș, 2011, p. 68)