Lo único que se necesita para dialogar con Dios
En la medida de lo posible, trata de ser simple y sincero. Porque estás hablando con Dios, Quien puede ver todo lo que hay en tu alma. No trates de componer grandes discursos ni escojas las palabras que vas a usar; más bien háblale cómo te lo pida el corazón.
Al orar, es necesario que el alma dialogue con Dios, mientras los suspiros del corazón se alzan a Él. Comenzando con tu canon de oraciones, te presentas ante Dios y sientes que tienes que clamar a Él, del mismo modo en que un niño le habla a su padre de sus anhelos y deseos.
En la medida de lo posible, trata de ser simple y sincero. Porque estás hablando con Dios, Quien puede ver todo lo que hay en tu alma. No trates de componer grandes discursos ni escojas las palabras que vas a usar; más bien háblale cómo te lo pida el corazón, expresándole las cosas tal cual son. Con todo, la misma experiencia de la oración con la mente dirigida a Dios te enseñará todo.
No olvides que todo consiste no en cumplir con un determinado de postraciones y oraciones, sino en dirigir tu mente a Dios y encender tu corazón. Más que cualquier otra cosa, tenemos que estimular el calor del corazón y mantenerlo encendido. Esta es una ley inmutable. Y que cada quien elija un canon de oración, de entre los muchos que nuestra Iglesia nos propone.
(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Sfaturi înțelepte, traducere de Cristea Florentina, Editura Cartea Orodoxă, p. 323)