Los aromas espirituales del hombre humilde
El humilde es piadoso y callado, y con esto se emparenta con la Santísima Madre de Dios, quien era conocida por su gran humildad.
El hombre humilde reúne todos los aromas espirituales: simplicidad, mansedumbre, amor sin límites, bondad, inocencia, sacrificio, obediencia, etc. Tiene toda la riqueza espiritual, justamente porque tiene pobreza espiritual. Asimismo, es piadoso y callado, y con esto se emparenta con la Santísima Madre de Dios, quien era conocida por su gran humildad. Ciertamente, aunque llevó en su vientre a Dios Encarnado, nunca dijo nada, hasta que Cristo habló cuando llegó a la edad de treinta años. Al saludo del ángel, ella respondió: “He aquí la esclava del Señor. ¡Hágase en mí según tu palabra!”. En ningún momento dijo: “Yo seré la Madre del Hijo de Dios”
(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Cuvinte duhovnicești, Vol. V Patimi și virtuți, Editura Evanghelismos, București, 2007, p. 166)