Palabras de espiritualidad

Los aspectos fundamentales del matrimonio que la pareja debe conocer desde el noviazgo

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Si ambos miembros de la pareja comparten convicciones y valores similares, en lo que respecta a estos aspectos fundamentales de la vida humana y de familia, o al menos están dispuestos a llegar a un denominador común, es que su relación, construida y protegida con esmero, los puede conducir a la felicidad y a la realización en este mundo, y también a la salvación en el Reino de Dios.

La situación con los divorcios es muy preocupante. Más de la mitad de los matrimonios se separan, usualmente en los primeros 4-7 años. Los que se casan por segunda vez terminan divorciándose en una proporción de más del 60%, y los que se casan una tercera vez, suelen divorciarse en un 70% de los casos. Después de esto, no queda ya ningún valor para fundar una nueva familia, por lo cual se tiende a elegir tener una pareja sin ningún compromiso social.

Una de las causas fundamentales de esta situación es el poco y el superficial conocimiento de sí mismos y del otro, que tienen los novios al casarse. La pasión que caracteriza el comienzo de toda relación nos hace ver al otro con ojos de amor, es decir, mejor de lo que es en realidad. Aún más: la pasión nos hace creer que los defectos del otro son más pequeños en realidad, e incluso pensamos que el amor terminará transformándolos o, al menos, aceptándolos.

Los especialistas en problemas conyugales y familiares recomiendan que, ya desde el noviazgo, la pareja empiece a dialogar sobre los siguientes problemas fundamentales en un matrimonio:

1. La forma de criar a los hijos.

2. La posibilidad de crecimiento o de progreso, de ambos cónyuges, en el plano emocional, intelectual y espiritual.

3. La participación en las obligaciones y los objetivos financieros, incluyendo el gasto y el ahorro de los ingresos.

4. El modo de administrar el hogar.

5. Las convicciones espirituales de los dos.

6. El nivel de educación religiosa o moral que quieren inculcarles a sus hijos.

7. La relación con ambas familias.

8. El lugar donde van a establecer su residencia.

9. La fidelidad al lazo matrimonial.

10. El sentido, el propósito y la finalidad de su unión, que es la felicidad y la salvación [1].

Si ambos miembros de la pareja comparten convicciones y valores similares, en lo que respecta a estos aspectos fundamentales de la vida humana y de familia, o al menos están dispuestos a llegar a un denominador común, es que su relación, construida y protegida con esmero, los puede conducir a la felicidad y a la realización en este mundo, y también a la salvación en el Reino de Dios.

[1] Chana LEVITAN, Vreau să mă căsătoresc doar o singură dată. 10 întrebări pentru a reuşi din prima! [Quiero casarme solo una vez. 10 preguntas para tener éxito desde el comienzo]Traducere din limba engleză de Simona-Elena Procopet, Editura Globo, Bucureşti, 2013, pp. 43

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