Palabras de espiritualidad

Los “beneficios” de educar a nuestros hijos con gritos

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Si los padres se permiten levantarse la voz en casa, no tienen por qué asustarse cuando el niño empiece a reproducir ese comportamiento en otras partes.

Los pre-escolares cuyos padres se caracterizan por tener frecuentes crisis de cólera, empiezan a creer que justamente así deben comportarse ellos también, que esa es la forma normal de manifestar las emociones humanas, que es natural que las personas se enfurezcan y que los gritos y los golpes son igual de normales para todos los individuos, como, por ejemplo, los ladridos para los perros o los rugidos para los tigres. Si los padres se enfadan constantemente y gritan, es que así deben ser las cosas…

El enojo de los padres puede asustar al niño, pero también puede causar que su reacción aparezca no inmediatamente, sino mucho tiempo después. La madre que grita todo el tiempo a su hijo, le hace a cada instante observaciones como:

—¿Por qué gritas?

—¿Yo? Pero si yo no estoy gritando...

Y, ciertamente, ¿qué cosa tan extraordinaria habrá hecho el pequeño? Si los padres se permiten levantarse la voz en casa, no tienen por qué asustarse cuando el niño empiece a reproducir ese comportamiento en otras partes. Y esto puede ocurrir en el lugar y el momento menos esperados...

(Traducido de: Ecaterina Burmistrova, Enervarea, traducere din limba rusă de Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, București, 2017, p. 51)