Palabras de espiritualidad

Los detalles hacen la diferencia entre un esposo común y uno ideal

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Algunas veces, la mujer desea sentir que es el centro de la atención de su esposo, y que en aquel momento no cabe nada más que ella en su mente, porque es lo suficientemente importante como para acaparar completamente su interés”.

En una de mis cartas anteriores, te contaba uno de los episodios más torpes de mi vida. Voy a relatarte otro.

Sucedió que un mediodía, estando en el trabajo, se me ocurrió llamar a tu mamá. Y una vez ella me contestó, le dije algo así como: “Te llamo porque solamente quería oír tu voz...” o “Estaba viendo no sé qué cosa y me acordé de ti...”, no recuerdo bien qué fórmula utilicé para saludarla.

Hasta aquí, todo bien. Pero, después le pregunté: “¿Por casualidad no pasó hoy el cartero a dejar algo? Estoy a la espera de un cheque con un reembolso de la administración tributaria”.

A primera vista, no hay nada extraño en esta pregunta. Sólo que al principio dí la impresión que estaba llamando únicamente para oír su voz, y esto le alegró mucho. Pero a continuación se hizo un silencio prolongado. Conoces bien a mamá: cuando no tiene nada qué decir, calla. Varias veces intenté redirigir la conversación, pero sucede que, como dice la Biblia, “las palabras de los sabios emanan sabiduría, mientras que de la boca de los tontos brota sólo insensatez”.

Y eso fue precisamente lo que pasó. Después de destruir aquel momento inicial tan tierno, terminé como pude la conversación y me quedé meditando. Y llegué a la conclusión de que uno puede arruinar muchas cosas buenas al intentar abarcar demasiado. Eso fue lo que hice yo, entremetiendo esa pregunta junto al saludo galante del principio, mismo que perdió, así, todo su valor.

¿A dónde quiero llegar con esto? Recuerda: en el matrimonio no vale todo. A veces puedes conversar con tu pareja de lo que sea, aunque hay momentos en los que, si no eres cuidadoso, puedes echarlo todo a perder. Quisiera encontrar las palabras necesarias para explicarte cómo saber distinguir esos momentos. Sin embargo, esa es una de las cosas que deberás abordar y aprender por ti mismo, solo.

Y espero que realmente las aprendas, porque muchas mujeres dicen que las pequeñas cosas y los detalles más ínfimos son los que hacen la diferencia entre un esposo común y un esposo ideal. Y esta última categoría es la de los que saben que “la mujer desea sentir que es —al menos algunas veces— el centro de la atención de su esposo, y que en aquel momento no cabe nada más que ella en su mente, porque es lo suficientemente importante como para acaparar completamente su interés”.

(Traducido de: Charlie W. Shedd, Scrisori către Filip  sfaturi unui tânăr căsătorit, Editura Bizantină, 2011, pp. 97-98)